¿No habré sentido amor suficiente? ¿No habré tenido suficiente inspiración? Vamos a dormir una infinita siesta, con el sol de las 3 de la tarde pegando en la almohada y aún así taparnos. Y despertarnos con el sudor del otro, que se hace dulce y frutal. Y que esos 7 minutos, ¡duren una eternidad!

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