Maryanne se incorporó en la cama y encendió un cigarrillo de marihuana. Era algo tan sedante, tan necesario. Observó el humo que trazaba seductoras volutas. La marihuana horrorizaba a su madre. Sin embargo, la mayoría de los amigos de Sheila hacía años que tomaban tranquilizantes, y las píldoras para dormir eran cosa de todos los días. Eso para ella era "respetable". Lo que hacía Maryanne no lo era. Qué palabra tan curiosa, respetable. Significaba respetar a un mundo falso que debía respetarla a una. Era una función recíproca, y una se sentía obligada legalmente y alienada emocionalmente. Había que vivir en ciertos barrios de la ciudad y vestirse con ropa adecuada y aparentar que Dios entendía y perdonaba las debilidades de una. Sheila creía en eso. Incluso Sean lo creía, pensó Maryanne. Ella y Rick no. Ella nunca lo creería. Y estaba segura de que tampoco lo creerían los hombres que ocuparan el lugar de Rick en lo sucesivo. La generación de sus padres nunca aceptaría la libertad. La detestaban. Los ponía nerviosos. (El mejor lugar - Van Slyke Helen)

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