fantasmas

Nos asustan los fantasmas y sin embargo vivimos minuciosamente entre ellos: son nuestro ser anterior, el que vivió en una casa, el que pasó por un jardín, el que viajó por diferentes lugares del mundo, el que fue increíblemente feliz o increíblemente desdichado. Cada uno de esos seres está rodeado de otros seres. De ese modo se propaga el infinito mundo de los fantasmas.

El amor es recíproco, lo que no es recíproco es la imaginación.

Masticando pan tostado o con un caramelo en la boca podríamos conseguir lo no podríamos conseguir con nada: que nuestro interlocutor nos mate.

Silvina Ocampo

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