Se va el ego... y con este la soberbia.
Se irá la autoestima?
Se siente curioso cuando los recuerdos se viven nuevamente: tan sólo con pasar por un lugar, oler un aroma, una palabra, o una manera de sostener la mano. Estos recuerdos pueden hacernos sonreir, entristecernos o enojarnos. Y se siente todavía mejor, saber -y sentir- que se está mejor que en aquellos días, cuando uno pensaba que eran los mejores, sin saber que no eran nada comparados con lo que venía.
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