
Hace miles de años luz en cierta galaxia no muy lejana
existía un planeta árido sin
vegetación. En este planeta
vivían miles de personas en una gran esfera que les
protegía de los intensos rayos solares y les fabricaba oxigeno. En este planeta
había una pequeña niña a la que le gustaba mucho leer cuentos de hadas y se deleitaba una y otra vez en la biblioteca astral observando tantas bellas ilustraciones. ¡Qué hermoso debió haber sido tantos colores, tanta vida! Cierto día pudo llegar a donde nadie podía ir a la bodega astral y no
podía creer lo que sus ojos veían, un libro único. ¿Qué podría contener? se preguntó. Tanta fue su curiosidad que corrió al instante a tomarlo y al abrir su primer página encontró una pequeña flor marchita y aun así le pareció hermosa, la acercó a su rostro y pudo percibir el amor. ¡Qué hermosa, y que rico
huele! ¿Qué clase de flor
podría ser aquella?
- Es una rosa, le contesto una
viejecita que se encontraba en esos momentos por ahí. La niña derramó una lágrima y dijo:
- Como me
gustaría poder verla viva.
- ¿Te
gustaria eso? -preguntó la
viejecita al momento en que se convertía en una hermosa hada.
- Sí, lo deseo con todo mi
corazón -exclamó la niña.
-Bien entonces desde hoy en adelante tu serás la encargada de velar por la naturaleza, los árboles y las flores. Desde hoy tú seras La Primavera.
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