No somos más que una gota de luz, una estrella fugaz, una chispa, tan sólo, en la edad del cielo. No somos lo que quisiéramos ser, solo un breve latir en un silencio antiguo con la edad del cielo. Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo.

No somos más que un puñado de mar, una broma de Dios, un capricho del Sol del jardín del cielo. No damos pie entre tanto tic tac, entre tanto Big Bang, sólo un grano de sal en el mar del cielo.

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