cae la lluvia sobre parís

Podría decirse que lo que queda de éste sábado pesadísimo las probabilidades de mal humor se intensifican hacia la tarde con fuertes tormentas.
Daría también el informe del tránsito pero no, (tomalo como quieras).
No he andado por aquí porque (uno) ayer no estuve en todo el día y (dos) no me dieron ganas. Creo que a veces es mejor estar desconectado.

(acá intento hablar de alguien que no soy yo, pero sí, soy yo)

Entonces por ahí te dormís a las seis de la mañana y todo te da vueltas. En silencio y callada tu cabezita sigue maquinando a mil por hora y no le importa nada. Te hace sentir mal en todos los sentidos. Cuando más querés desconectarte de esto más difícil se te hace. Yo sé (porque te conozco) que cerrarías todo. Pero no, porque no valdría la pena. ¡No! Ya sé, lo harías privado, pero qué complicado sería ¡!

Que todo el mundo te lea comienza a molestarte. En muchísimos sentidos. Y no es que no seas la misma yasmín acá o allá pero hay algo que hace clic, que molesta. Una espina, quizá. Que pincha y que se perdió. Como esas que te has clavado porque te habacamas descalza y que después se hacía imposible de encontrar y que con una pincita mamá sacaba.
¿Dónde está la espina que tanto pincha?


(acá hablo yo otra vez)

No es que sea así, pero es difícil de explicar. Es raro que tus amigas no te pregunten cómo estás porque ya lo leyeron... o que no puedas ir y contarles que hiciste algo que talvez te marcó y no, no puedas porque también ya lo leyeron.
Ya no es ni blanco ni negro, es gris. Se mezcló todo con todo. Y pasó lo que no quería que pasara. Una de dos: o esto llega a un puerto al que no tenía que llegar o se hunde antes de tiempo.





2 comentarios:

La chica que nadie saca a bailar dijo...

Te entiendo, o por lo menos creo hacerlo. Muchas veces me pasa que quiero tirar todo al carajo. Pero que se yo, también me sirve como escape, por lo menos a mí.
Yas no se si sabés, pero aunque no nos conozcamos, y hayamos cruzado dos o tres palabras, me siento muy identificada con vos, y te aprecio. Te leo siempre, y me encanta tu blog.
Un beso enorme!

Anónimo dijo...

¿Hola siii? Vengo a dejarte un trapito al sol, si como antaño ¿sabes? porque acá yo dejo trapitos al sol y nada más. Quiero decirte que aunque ultimamente estemos pasando por una mala racha creo -ambas sabemos- que es mejor pasar por obstáculos que si siempre todo fuera color rosa. Pido pido que nuestra amistad sea naranja como el color del cielo en un atardecer de verano y que siempre nos marque el destiempo, porque somo lo más ¿viste? no importa el qué, ni el cuándo ni el cómo, yo solo se que importas vos y siempre va a ser así. Sonríe para mí aunque no te pueda ver y cuida, cuidame mucho, con todos mis defectos inclusive que te estaré esperando siempre y que mi abrazo te abrace pese a la distancia. Te amo chiqui