-¿En qué pensas?
-Nada… cosas, como cuando algún recuerdo se te viene a la cabeza pero no tenés idea desde donde vino. ¿Te pasa?
-Todo el tiempo, ¡JELOU! Soy tu otro yo.
-Y bueno, que se yo… puede pasar que yo si y vos no, o que yo no y vos si.
-¿Qué te pasa?
-Estoy cansada, nada más. Me voy… chau.
Miles de recuerdos te pasaron hoy por la cabeza pero como dijiste, no tenés idea desde donde vinieron, mucho menos adonde fueron. Que raro. Porque si bien archivas muchísimos recuerdos, eso de no saber de donde vienen no te pasa muy seguido y sentís algo verdaderamente feo cuando pasa.
Te levantaste a las 10.00 de la mañana a hacer ¿nada? Tu hermanito te puteo de pe a pa por como sonaba tu celular. La noche anterior calculaste levantarte a esa hora porque (repostera en potencia) ibas a cocinar, pero te llevaste grata sorpresa cuando al levantarte mamá estaba sentada en la compu escribiendo y sabias que tenía para rato ahí sentada, así que pospusiste la preparación. Cuando saliste del baño te diste cuenta que no había marcha atrás porque tu abuela motorizada ya había subido la persiana (no es americana) hasta el tope, y ni daba volver acostarte.
Viste que no había nadie mirando tele (milagro) y la prendiste. Te enojaste porque tarda en prender (mucho) y te preguntaste como seria tu estado si eso sucediera cuando esta empezando Casi Ángeles. Y… que se yo ¿rompo todo?
¡POR FIN
Tu vieja hizo de comer milanesas de pollo y papa y huevo (la papa parecía puré pero estaba rica) y siguió nomás en la computadora. Le pediste que te dejara anotar la receta porque ibas a empezar a cocinar. Todo re bonito, la masa te quedo genial y leíste que tenía que reposar 40 minutos en la heladera, envolviste el plato en un repasador y la metiste nomás. ¡Qué cocinera estilo Narda Lepes (¿tu súper amiga?) te sentías! Después empezaste hacer el relleno, todo re bien pero la porquería no se espesaba y casi te largas a llorar porque no soportas que te salgan mal las cosas (sos Abdala diría tu hermana). Pasaron 40 minutos (mamá sigue batiendo la cosa esa) estiras la masa toda re bonita, ¡PAC! al molde. Le preguntas a mamá si hay que pincharla (vos estas convencida de que si) y te dice que no. Okay, al horno 15 minutos.
Teléfono, atiende Amir (más de las tres de la tarde y el en pijamas) y te dice que te llaman, no sabes quien porque el señorito no pregunta. Te están invitando y decís: UYY no se si puedo porque estoy cocinando. Y te reís y se ríe porque hasta hace poco según una AMIGA eras
Te cambias porque no pensas salir así como estas a ningún lado. Y se van las cinco a ¿pasear? por el supermercado. Que grosas, agarran un carro para unos paquetitos una gaseosa, ¡AH! Y los sacos. Le compras un paquete de Oreos bañadas a tu ¿súper amiga? (ajaja) porque viste, son así y vos tan buenita, tan ángelita (ejemm, menos de ángel tenés) que las consentís en todo. Se van del supermercado porque calculan que afuera ya debe estar cayendo helada (literalmente). Llegan a la casa de la señorita. Y en la esquina (Ö justo en la esquina) hay alguien esperándolas. Entran todas, nos lavamos las manos para prevenir cualquier tipo de acercamiento a
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