Tengo un domingo en stand by por si algún lunes te deprime. Y en la cartera un ánfora que guarda olor a ti. Tengo boletos de primera fila, para verte despertar por las mañana.
¿Qué tan difícil puede llegar a resultar todo esto? A veces, yo misma me pregunto porque a la gente le falta tanto positivismo. Puede ser que a veces lo que es “NO” sea NO. Pero si nosotros queremos y tenemos la certeza de que vamos a poder talvez ese “NO” que creíamos, era indiscutible, puede convertirse en un SI. Yo hoy descubrí que no todo es lo que parece, que no todos son lo que parecen. ¿De qué sirve tener mil caras? Vienen un día y parecía que son conocidos de toda la vida, que “esta todo bien”, pero se da vuelta ¿y qué? Verdaderamente ¿es justo? “¿Quien tiene razón? ¿Quién está errado?” diría Drexler. Pero yo creo que estas cosas no se basan en “errores y consecuencias”. Son cosas del juego, y para poder jugar, hay que aceptar las reglas, ¡tal cual son! Hoy te digo que nunca estoy segura de mi misma. Puede ser que parezca una mina decidida, independiente, segura. Pero así también de un minuto al otro puedo quebrarme y ser la más chiquita de todos. Eso no es tener doble personalidad, yo creo que todos tienen sus momentos, pero, cuando las cosas se te van de las manos, y empiezan las trampas, las mentiras, los casilleros que nos salteamos, y cada una de esas cosas que hacemos, es ahí, cuando empezamos a cambiar. Son cosas indispensables, que a la larga o a la corta, van a terminar afectando nuestra forma de ser. Es fácil, a vos te engañan, te volves inseguro. Te mienten, te cuesta creer. Perdes a alguien, te volves posesivo. ¿Entendes? Y te confieso que si, que me paso. Yo no soy “la excepción a la regla”, pero hay alguien que siempre lo quiere ser. Pero ¡ojo! no te asustes. Y no creas que estoy hablando mal de vos. Yo digo lo que pienso, y lo que pienso es esto. No siempre voy a ser la buena, la que te dice que si para no quedar mal. En cierto punto es entendible. Si vos me mentís, o haces algo malo, malísimo, te hago la cruz. Porque como bien dice una canción:
Cada uno de lo que recibe. Luego recibe lo que da. Nada es más simple, no hay otra norma. Nada se pierde, todo se transforma.
Es cuestión de pensar un poco las cosas, de ser correcto en lo que hacemos. Porque talvez algún día cometas el error más grave del mundo, o el error más lindo del mundo. Como yo.
Tengo una dosis de perdón por si haces algo que me duela.
Y una canción de más por si algún día la hechas de menos.
Tengo un stock de besos sin estreno,
y un camión de amor del bueno para ti.

No hay comentarios: